¡Dios, por favor, no! La familia de Britney Spears está preocupada por la salud mental de la cantante, quien está sometida a un fuerte estrés por la disputa judicial que inició Kevin Federline para incrementar la pensión que recibe por cuidar a sus hijos con Brit, Sean Preston y Jayden James, según publicó el portal La Botana.
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Quiere una nueva vida
Desde que terminó su residencia en Las Vegas, Britney solo piensa en casarse con su pareja Sam Asghari e iniciar una familia con el joven de 23 años, pero al parecer él no tiene prisa, lo que tiene afligida a la intérprete de 36 años. Ella está desesperada por casarse y tener un bebé. Ella ama locamente a Sam, pero él no tiene prisa en eso, dijo un informante.
Una fuente reveló a RadarOnline: Britney se está volviendo loca por el pleito judicial con su exmarido, y no ve un final a la vista de toda la fealdad de Kevin, señaló.
Crisis de la rapada de cabeza
La familia de la estrella del pop teme que Britney se acerque a un punto de ruptura como cuando se afeitó la cabeza, hace ya más de 11 años. Todavía hay algunos demonios contra los que Britney tiene que luchar a diario, y su carga de trabajo nunca se rinde, señaló la fuente. Ella siente el peso del mundo sobre sus hombros en este momento, y su familia está desesperadamente preocupada por ella, pues temen que se acerque a un colapso.